Sin tonterías, ni ingredientes raros o difíciles de conseguir. Así es como cocinaremos nuestro plato de hoy. Quiero redimirme porque muchos de vosotros me comentáis que no encontráis algunos ingredientes que uso en mis recetas. Realmente suelo comprar todo en un hipermercado muy conocido, a lo sumo, en alguna tienda de productos asiáticos o latinos, pero entiendo que no todos las tenemos a mano y es esencial para una cocina sostenible utilizar tanto productos del mercado de nuestro entorno, como utilizar al máximo lo que tenemos en nuestra despensa.
Este es el espíritu de un wok casero. La receta de este plato será siempre una aproximación, es decir, que lo fundamental es que utilicemos los productos frescos que tengamos en la nevera. Es un plato que se cocina muy rápido, en tan apenas 8-10 minutos. Lo verdaderamente fundamental a la hora de hacer un wok es la organización. Debes tener todos los ingredientes cortados y listos para añadir al wok caliente.
Además, vais a ver cómo hacemos cierto el milagro de Jesús de multiplicar los panes y los peces. Con esta receta, que no lleva más allá de 600 g de verduras y 450 g de carne podemos servir abundantemente ¡nada menos que a seis comensales! Os dibujo una situación típica: vienen amigos a tomar un café que se va alargando y ves que se hace la hora de cenar. En vez de recurrir al típico embutido y laterío, vamos a sorprender a nuestros amigos con una cena sorprendente. ¿Y si les invitamos a pasar a la cocina y cocinarse sus propios noodles? Sigue leyendo