Tiramisù


Tiramisù

Tiramisù

Para mí, hay pocos postres caseros que transmitan tanto el amor de una madre como un Tiramisù. ¿Estáis de acuerdo? Además es una receta bien fácil que no necesita ni siquiera cocción, sólo una buena máquina de amasar. Pues bien, mañana es el día de la Madre, yo, ahí lo dejo… Con postre, o sin él, no dejéis de celebrarlo, que una madre es el mejor tesoro que nos regala la vida. Sigue leyendo

Gamonéu del Puertu con mousse de avellanas


Gamonéu del Puertu con mousse de avellanas

Gamonéu del Puertu con mousse de avellanas

Muchas veces, cuando preparo nuevas recetas para compartir con vosotros, me inspiro en el trabajo de otros cocineros que, para mí son verdaderos maestros. Dicen que a cocinar se aprende con la práctica y hay que practicar siguiendo la estela de los que ya tienen experiencia en este arte. Yo, opino lo mismo, pero a veces me asalta la duda de si estoy abusando de este recurso y cayendo en el plagio. Nada más lejos de mi intención. Estaba yo, hace unos días debatiéndome en este mar de dudas por la receta que hoy os presento y que está inspirada en el libro Recetas y Momentos de Susana Perez y Jesús Cerezo del blog Webos Fritos, cuando me sacó de la duda de un plumazo el el humanista Juan Adriansens que participaba en El Gabinete, una entretenida tertulia dentro del programa de Julia en la Onda que trababa precisamente de este tema. En su intervención, Juan Adriansens, del que no mucha gente conoce su faceta como pintor hiperrealista fruto de su aprendizaje en la Academia de Bellas junto a Antonio López, defendió que en el arte no se condena el plagio, las obras clásicas sirven de modelo en la búsqueda de los artistas de encontrar la perfección. Dio muchos ejemplos, desde la arquitectura griega, a la literatura decimonónica, pasando por la pintura barroca de Rubens y Tiziano. Un clásico es una obra que merece ser copada. Genial me pareció esta perspectiva y su extrapolación a la gastronomía hace que en mi humilde caso, justifique mi afán de aprendizaje reproduciendo platos de maestros. Desde Escoffier a Susana Pérez, vaya aquí mi homenaje a los maestros de la cocina que inspiran mi cocina. Quizás, algún día, yo misma sirva de inspiración a cocineros venideros.

¡Ah! No me olvido, el Gamonéu del Puertu me lo trajo de regalo mi madre de sus vacaciones en Asturias y le prometí que haría una buena receta sin cocinar el queso, ya que ella opina que este queso como mejor se degusta es en su estado natural. Sigue leyendo

Bundt Cake de Pale Ale y piña caramelizada


Bundt cake de pale ale y piña caramelizada.

Bundt cake de pale ale y piña caramelizada.

Hay que ver qué rápido pasa el tiempo, ha pasado ya un año volando y ya llegamos otra vez al National Bundt Cake Day, un día muy dulce para celebrar, lo mismo que un «no-cumpleaños» al más puro estilo de Lewis Carroll en Alicia en el país de las maravillas.

Este año puedo celebrar además que he aprendido alguna cosa de un mundo que para mí es desconocido hasta ahora: La cerveza. Confieso que no me gusta demasiado, pero quizás sea debido a mi propia ignorancia, porque que la cerveza es todo un mundo del que sólo conozco una pequeña parte.Hace un tiempo descubrí que la cerveza se usa en repostería y que aporta matices de sabor muy interesantes a las masas horneadas. En concreto, para la receta que compartimos hoy he utilizado cerveza tipo Pale Ale.

Busqué consejo a varios expertos sobre qué marca elegir, entre ellos, Jaime de la Cervecería Alt Berlín y David de Cervezorium, quién me explicó que esta variedad de cerveza surgió de la necesidad de enviar cerveza en barco a los militares británicos afincados en las Colonias indias a finales del siglo XVIII y XIX. Con el fin de que la cerveza pudiese aguantar un trayecto tan largo, se le añadía lúpulo, una planta con un efecto antibiótico como agente estabilizador. Con el tiempo, los maestros cerveceros descubrieron que durante el viaje en barco se producía un proceso de envejecimiento y el lúpulo, con sabor amargo, confería a la cerveza un contrapunto al dulzor de la malta. Finalmente, siguiendo su consejo me decanté por una variedad artesana escocesa, la Dead Pony Club de BrewDog, que está inspirada en la Pale Ale americana de la costa del Pacífico, con intensos toques de aroma cítricos, florales y de frutas tropicales. Perfecto para combinar con este bundt cake de piña caramelizada. Sigue leyendo