Tortillas de maíz nicaragüenses


Tortillas nicaragüenses

Tortillas nicaragüenses

Empiezo este post enunciando una Ley que es más irrefutable que la de la Gravedad: Mi mamá es la mejor cocinera del mundo. Seguro que todos estaréis de acuerdo en esto, porque no tiene discusión, je, je.  De ella me gusta todo, hasta su nombre: Elia Rosa.

Mis primeros recuerdos surgen del fundido en negro con una caricia suya arrullada entre sus brazos, su voz resonando dulce en la memoria de mi nana preferida, el pajarito chogüí, jugando a vestir muñecas tiradas las dos en el suelo… y esperando con mi hermano tras el comal que saliera la primera tortilla, con la que nos premiaba, una vez a cada uno: ¡Hoy le toca a Laurilla de la Tela, u hoy le toca a Alepollo!. Os aseguro que el ganador se sentía el rey del mundo. Esa tortilla es el símbolo del cariño máximo. De hecho todavía sigo detrás del comal a mi edad, ja, ja. Entenderéis por qué es una receta de oro para mí. Y hoy día un reto aún, porque sigo de aprendiz sin saber palmearlas como ella.

Por eso, hoy os he traído hasta mi cocina a la mismísima maestra para que nos enseñe a hacer las mejores tortillas al norte de Nicaragua. He probado muchas, y he visto muchos vídeos preparando este post, y aunque deberéis perdonarme por la calidad de estas fotos, os prometo que no he encontrado ningunas mejores que estas. Hace más o menos un mes, vino a visitarnos mi tío abuelo Jorge, aunque afincado en California más nica que el pinolillo y  se emocionó  todo cuando vió a mi mamá haciendo tortillas auténticas. No os digo más…

Mi mamá. ¿No es maravillosa?

Mi mamá. ¿No es maravillosa?

Mi mamá es la mejor y yo amo a mi mamá. Termodinámica de la buena…

Ingredientes:

  • 450 g de harina de maíz para tortillas Maseca.
  • 300 g de agua.

Preparación:

  1. En un bol, mezclamos amasando con las manos la harina con el agua, poco a poco, hasta que quede flexible y no se pegue a las manos.
  2. Tomamos una porción, lo que te quepa en un puño, y formamos un pequeño disco con las manos, como en la foto a continuación.

    Disco de masa inicial.

    Disco de masa inicial.

  3. Recortamos un círculo de una bolsa de plástico, de un diámetro de 25 cm aproximadamente -a modo de molde- y colocamos el disco de masa sobre él.
  4. Ahora empieza el palmeado. Nos humedecemos ligeramente las manos. Con el canto de la mano izquierda ahuecado vamos dando la forma redonda y con la derecha, vamos dando palmadas sobre la masa extendiéndola mientras giramos el molde.

    El palmeado. Las manos de mi mamá.

    El palmeado. Las manos de mi mamá.

  5. Volcamos la tortilla sobre la mano izquierda y retiramos el molde. Lo ponemos sobre la mesa de trabajo y damos la vuelta a la tortilla para palmear la otra cara teniendo especial cuidado con los bordes, que tienen que quedar lisos, sin roturas. El tamaño de la tortilla será entre 12 y 15 cm.
  6. Ponemos a calentar un comal (sartén antiadherente) a fuego fuerte..
  7. Retiramos nuevamente el molde igual que antes y colocamos la tortilla entre las dos manos para colocarla con suavidad sobre el comal. Mantenemos al fuego alrededor de un minuto hasta que empiece a dorarse ligeramente la primera cara.
  8. Con un cuchillo levantamos y le damos rápidamente la vuelta. Ahora dejamos asar más tiempo esta cara, de 1 ½ a 2 minutos, según el grosor.

    Primera vuelta de la tortilla.

    Primera vuelta de la tortilla.

  9. Damos la vuelta de nuevo y esperamos a que se infle de aire la tortilla por dentro, como en la foto.

    La tortilla se infla.

    La tortilla se infla.

  10. Retiramos del fuego y guardamos tapada con un paño para mantener el calor.

Consejos:

  • Las tortillas son de origen mesoamericano, común a las culturas azteca y maya principalmente, debido al cultivo del maíz. Se tiene constancia de la importancia de su uso gastronómico desde el año 500 AC. Como el pan, es un alimento básico que acompaña y/o envuelve otros alimentos.
  • Son ideales con queso, frijoles, vigorón, etc… y acompañadas de un buen café!
  • Las tortillas deben consumirse recién hechas y calientes preferiblemente.
  • Si os sobran tortillas, las podéis cortar a trocitos, freírlas en un poco de aceite, añadir unos huevos y cebolla y hacer un revuelto deferente.

16 comentarios en “Tortillas de maíz nicaragüenses

  1. Soy de Madrid y conseguir la harina de Maseca he visto un sitio pero es carisima .
    ¿Valdría cualquier harina de maíz ? Puedes poner mas harinas de maiz validas para la masa . Quiero que sean de maiz no de trigo . Muchas gracias

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  2. Pingback: Pastel Azteca | Mermelaura

    • ¡Es verdad y no lo sabía! He visto la página que me has msandado y creo que las voy a preparar, y también la fudeuá de Gandía, je je. De todas maneras, se nota que me encanta tu tierra en todos los sentidos, verdad?

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      • Se nota que te gusta, sí!
        La fideuà sí que te puedo decir, con toda seguridad, que la inventamos nosotros!!!!

        a mi me gusta la comida!! (madre argentina, abuelo italiano).. como para no gustarme!

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      • ¡Vaya mezcla de nacionalidades más sabrosa! Parecida a la mía, de padre aragonés, madre nicaragüense y primera niñez en Costa Rica… Cómo no nos va a encantar comer…

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  3. Uff!! Se me ha puesto la piel de gallina al leer esta introduccion tan bonita y cariñosa que le dedicas a tu madre. Cuidala mucho porque el dia que te falte lloraras su ausencia y recordaras estos bonitos momentos. Me has dejado practicamente sin palabras. Dile a tu madre que la quiero y la admiro y que tiene hija del mundo, que para mi no es una amiga sino una hermana. Y que cuando vaya a Zaragoza por favor me haga estas deliciosas tortitas de su tierra. Y una vez mas felicidades por este blog amiga del alma. Estoy tan emocionada que no soy capaz de expresar lo que siento en estos momentos.

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    • Estoy, muy emocionada, tanta hija tengo que el corazón se me ensancha y temo que estalle. Te quiero Laurilla mía y a ti Rosa, te quiero por ser como eres y por tu gran mistad hacia mi hija.
      .
      Las tortillas de mi tierra, se han convertido por vuestra causa en un símbolo de amor; normalmente, cuando se encuentran dos amigos dicen «¿quedamos a tomar un café?» Yo os diré de ahora en adelante ¿Quedamos a comer tortillas? Os quiero mucho

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