Extracto de vainilla casero

Extracto de Vainilla casero

Amigos, no exagero si os digo que la menualidad que hoy compartimos vale su peso en oro.  Esta una de las recetas que más he apreciado desde que la descubrí por primera vez en el fantástico blog El rincón de Bea.  Y es que, en una cocina que se precie, es igual de importante cuidar la técnica como mimar la calidad de los ingredientes. Aquí donde las menualidades cobran valor de piezas maestras.

En repostería, uno de los ingredientes esenciales e inconfundibles es la Vainilla, que es el fruto de un género de orquídeas tropicales que, originarias de México,  se cultivan hoy día en distintas zonas del mundo, como Tahití, Madagascar o Papúa Nueva Guinea. El nombre, vainilla, se lo debe esta especia a los conquistadores españoles en México, por su semejanza a la vaina de los sables que usaban.  Las vainas, con un tamaño entre 16 y 20 centímetros, encierran en su interior una pasta formada por pequeñas semillitas negras de sabor intenso, por eso se le llama «caviar».

La calidad, el sabor… y el precio de esta especia difieren, según los entendidos, según la procedencia de la vaina. La mejor –y más cara- es la de Tahití (o Vanilla tahitiensis, que yo no he probado).  En segundo lugar, la misma especie, pero proveniente de Papúa Nueva Guinea ( acabo de recibir mis vainas hace unos días y ya he puesto a macerar un extracto, os contaré en unos meses el resultado). En tercer lugar, está una de las más conocidad, la Bourbon de Madagascar (o Vanilla madagascariensis, que es la más asequible, la primera que probé).  De esta última, Bea dice que tiene el sabor en el que todos pensamos cuando nos viene a la mente la vainilla.  Las dos primeras tienen un sabor con más carácter. Para comprarlas, el mejor sitio, según mi propia experiencia tras seguir el consejo de las expertas es la tienda online Vanilla Pods UK. Os aseguro que merece la pena hacer esta pequeña inversión (unos 30 € por 20 vainas).

El extracto lo definiría yo como una poción mágica. Se trata de una disolución, por maceración de vainilla en alcohol. El que se usa es vodka del más barato que encontréis (estáis ya pensando en esa botella de la cesta de navidad de hace ochocientos años, ¿A que sí? La magia es el sabor extraordonario que aporta apenas una cucharadita y el poder que tiene de regenerarse completamente en menos de 24 horas simplemente rellenando de vodka la botellita.  Y eso que el mío ya tiene solera, porque lo llevo mimando 3 añitos ya.   Bueno, vamos ya con la receta. ¡Ojalá me contéis que lo habéis hecho y cómo os ha ido!

Ingredientes:

• 6-8 vainas de vainilla.
• 250 grs. de Vodka del barato.
• 1 botella de 250 cc. Estrecha y alargada (Podéis reciclar una frasca de aceite o vinagre del super).
• Mucha paciencia.

Preparación:

1. Cortar longitudinalmente las vainas para liberar las semillas o caviar. Si la botella es corta, cortad las vainas por la mitad. Con ayuda del cuchillo abrid un poco la vaina. Encontraréis abajo una imagen que ilustra el proceso.
   

   Cortad longitudinalmente la vaina.

2. Introducid las vainas en la botella, rellenad de vodka y cerradla bien. Dejad macerar dos como mínimo meses -yo esperé 6 meses- en un lugar protegido de la luz.
   

   Extracto de vainilla listo para macerar.

3. La primera semana agitar la botella a diario. Luego cada una o dos semanas, cuando os acordéis.
4. Con los años, las vainas deben ser sustituidas por otras nuevas, pero rellenando con el extracto añejo.

Consejos:

• Para hacer el sabor más intenso, una vez al año, vacío un pequeño frasco de pasta de semillas de vainilla como este. Le aporta cuerpo y doble sabor.
• Os invito a hacer conmigo un par de botellas y a regalarlas a dos personas muy queridas,  como símbolo de una buena amistad que mejora y se hace más sólida a través de los años. Yo tengo en la cabeza una de vainilla de la buena, de Tahití, para  cuando mi hija algún día se case. Las otras están en camino y son una sorpresa…